JE L´AIME A MOURIR

¿QUERER HASTA MORIR... O MORIR POR QUERER DEMASIADO?
¿Cuántas veces hemos escuchado a alguien decir que "fulanito" o "fulanita" murieron de tristeza?. Muchas preguntas invaden mi rutina cuando se trata de escribir sobre el amor, muchas canciones suenan al fondo de éste escrito y miles de recuerdos vuelan por mi mente. El amor definitivamente, es el sentimiento más difícil de todos, es incuestionable su presencia, pero resulta martirizante cuando no es correspondido. Sin embargo, cuando camina de nuestro lado, nos llena de paz e invade cada pulsación, recorriendo una a una las venas, las células y las neuronas, haciéndose parte de ese chispazo que nos da vida y que nos hace sonreír cada mañana o simplemente ponernos torpes con simples detalles.

Definitivamente, a estas alturas, ya sabrás que escribo sobre el amor de parejas, el amor en general, el que no tiene sexo, raza ni condición social.

He leído que enamorarse toma menos de 5 segundos... Simplemente basta con que esa persona que creemos especial y a quien estamos dispuestos a entregarles nuestro corazón y parte de esos sueños que guardamos desde la infancia, roce nuestras manos, nos mire, nos sonría, nos regale su aroma, para que un par de alas se sujeten a la espalda elevándonos hacia un mundo de fantasías y de maravillas.

El amor, bendito amor. Hablar del amor no es fácil. Siempre que quiero tener una referencia sobre este tema, me recuerdo de la historia del muchacho (supuestamente tímido) que se mete desnudo a la cama de la mujer que ha amado en secreto, sólo para poder tener un contacto "más humano" con ella... un amor universitario que giraba en torno a una piedra traída del mar.

No puedo negar que las experiencias que más me hicieron reír o llorar, son las de Cuquita, sus besos sabor a licor de menta y sin dientes, éste sí que fue un drama lleno de romance, una oda a la esperanza y a la perseverancia. Y ni hablar de la tragedia de María, la de Olíver, los sueños rotos que se desvanecieron entre miles de casas muertas y otras tantas que me hacen poner melancólico, pero que sirven para inspirarme y me ayudan a escribir de la forma más transparente sobre el amor.

Pues así es el amor. Uno ama, se desengaña, vuelve a amar y engaña. Es un ciclo en el que aprendemos y que nunca termina, ni siquiera con la muerte, porque considero que cuando esa luz se apaga, seguimos aún amando; amamos la vida que dejamos.

No sé porque me he dado por escribir sobre este tema, quizás está en uno de mis propósitos de año nuevo.

Lo que si creo que debemos hacer para "no abandonar el barco antes de zarpar", es definitivamente entregarnos al amor, corresponder con detalles las muestras de cariño, valorar los esfuerzos que hacen las otras personas por estar junto a nosotros y por dibujarnos sonrisas. Amar y amar... No me permito pensar en la incapacidad de amar, porque todos en algún momento, anhelamos un beso, un abrazo, unas piernas entrecruzadas debajo de una sábana.

Esto no es más entonces, que un "algo" sobre el amor. Voy de prisa, pensando en todas aquellas letra, frases y escritos que he leído, recordando momentos importantes en mi vida y reconozco que me ha ido bien: He tenido serenatas, rosas, chocolates, lunas de miel y abrazos...!

Gracias Shakira... Yo también le amo a morir.

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África

Suena en el silencio,
más a menudo se siente,
son aquellas palabras que han dejado los seres,
y trascienden entre los chasquidos del fuego.

Siente... es la voz del agua que acaricia el alma,
Escucha el silbato del viento,
ÁFRICA!!! resuena entre mis ancestros.

Los Muertos no están muertos,
aún cuando la maleza suspira
y las hojas sollozan,
ÁFRICA!!! son mis ancestros,
y es la sombra que se alumbra,
la pasión que se espesa.

Miro en la arena, en la palma y en la montaña
voy entendiendo, que los muertos no están bajo la tierra
están dentro de ti,
de la raíz del árbol que da vida,
del trueno que ensordece
del rayo que ciega,
de la luz que oprime
en las multitudes,
en el silencio.

Esta es la voz del viento,
el soplo del ÁFRICA mía,
de mis ancestros muertos
que siguen en pie,
aún no desvanecidos
mi vida es ÁFRICA y no se han ido.

No están Muertos!
Están en la mirada del cazador furtivo
del cascabel que llama,
del verde del bosque
dentro de ti,
dentro de mi,
Son mis ancestros!

África es mi vida,
y en la madera que gime,
en las letras que esbozo,
en la hierba que llora,
en la piedra que golpea, siempre estarás tu.