Siempre existe un Milagro más. Dejar de creer en ellos, significaría darle muerte a una de las partes más sensibles del corazón. ¿Uno siente con el corazón o con el cerebro?... Ya ese es otro tema, no quiero ahondar en ello a través de este escrito.
Como dije al principio, siempre podemos esperar más. Es importante deshacernos de todo aquello que nos ata, que nos condena o que simplemente no nos permite extender las alas hacia la libertad. Debemos hacer un inventario de nuestros temores y comenzar a indagar sobre sus orígenes. Los miedos, por más tontos que parezcan, nos impiden siempre avanzar. ¿O acaso cuando nos enamoramos, por ejemplo, no nos da miedo el ser rechazados y por eso preferimos callar?.
La vida, a veces, juega con nostros y nosotros jugamos con ella. Pero ésta siempre gana, al final del cuento somos sólo un instrumento de su perversión (Y no, no hablo de maldad o de sexo), me refiero a que nos lleva por caminos insospechados, llenos de sombras, de alegrías, de luces... En fin, la vida es así, actúa con maldad y con frialdad, pero también nos alimenta con esperanza. Sin embargo, no estoy aquí para hablarles de la vida, sino de los miedos.
El miedo entonces, es eso, estar paralizado y sin habla. ¿Acaso alguna vez no te has acostado con la sensación de que "alguién te mira"?... De que llegarás a casa y descubrirás un ser horrible detrás de la puerta o en el armario... Y sí, sé que esto parece una alegoría a las trilladas películas de Hollywood sobre las "Leyendas Urbanas" que atormentan a los Americanos. Pues no, creo que a todos nos ha pasado.
¿Qué pasa por tu mente (¿qué es la mente?) cuando estas tranquilo en tu oficina y el "Jefe" te manda a decir: Ven a mi Despacho?... ¿Acaso eso no te paraliza?... o una llamada a la medianoche de tu familia cuando te dicen: "No te asustes por lo que te voy a decir...". El Miedo puede llegar a nuestras vidas de distintas maneras, pero nunca nos hemos preocupados por saber como erradicarlos de nuestro camino.
¿Has pensado entonces en hacer un inventario?. Debes entender primero que los miedos son libres. Más esa "libertad" no se aplica a la inversa, porque ellos con su presencia, nos esclavizan y nos detienen. Recuerdo mucho una experiencia grata que tuve al ir a una sesión de terapia de grupo, aquella que está ligada con las estrellas, allí descubrí que dos de esas personas, realmente tenían miedo de vivir: Miedo de ser Madres y Miedo de ser Hijas; pienso mucho en las llamadas "mujeres de la familia" y se cruzan imágenes muy oscuras, relacionadas con féminas del viejo oriente, cubiertas con mallas negras y velos que ocultaban su belleza pero que irradiaban una cierta ferocidad y un salvajismo animal que asemejaba al de una serpiente al acecho de su presa. Así fueron los miedos que yo vi allí, y también sentí miedo de ver más. En aquella ocasión, mi papel era el del esposo que amaba tanto a sus hijos que se alejó para no hacerles daño y que "quería" tanto a su mujer que no encontraba como estar cerca de ella. ¿Un tanto Contradictorio? Pues sí, así son los miedos y yo también los he vivido.
Y alguién dirá o se preguntará, si es que algún mortal llega a enterarse de estas líneas (Y digo mortal, porque sé que, siendo un poco narcisista, los Dioses siempre han estado conmigo y saben todo de mí); ¿Qué tienen que ver los Milagros en todo esto?, la respuesta es muy fácil: Existen!!!!! y cuando logres vencer aquello que te paraliza, verás que sucederán: La persona que quieres te sonreirá y te mirará fijamente al rostro cuando le digas: "TE AMO", lágrimas saldrán de tu rostro y un suspiró se escapará de tu alma cuando escuches la noticia que te llega en la madrugada, y te sentirás más humano que nunca, y el Jefé, con sus palabras te alimentará y te impulsará a mejores oportunidades...
No hay una píldora o un remedio que vendan con recípe ( y sin él) en la farmacia de turno o en aquellas que trabajan "24 Horas" y tienen "Todo para ti", que te ayuden a eliminar este sentimiento. El Miedo es un juego de niños, y se alimenta de nuestra inocencia y crea barreras a nuestro alrededor que nos impiden ver más allá, el miedo es malo, muy malo para nuestras vidas, porque su palabra se traduce en "grilletes", viejas y oxidadas cadenas que no permiten que avancemos hacia el éxito.
Mi remedio casero más famoso ha sido siempre el "arriesgarme", siempre quedará una experiencia que te lleva al crecimiento y a ser mejor persona o más fuerte. Es así, párate frente al espejo y mira tu rostro, toca tu piel, acaricia tu cabello y decide a hacer más, decide abrir los ojos y ver el milagro de la vida; recuerda que... Los juegos del miedo aún no han terminado.
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