LA TARDE SE PUSO NEGRA














Subí, entre el verde oscuro y la esperanza que irradian tus ojos
Te llamé, como el niño que desesperado busca el seno materno,
morí y resucité a tus pies,
me diste cobijo,
llamaste a mis hermanos para que secaran mis lágrimas.

El frío recorría mis manos, el cuerpo temblaba
se aceleraron los pulsos, la mirada se perdía en el infinito
me introduje en un laberinto de luz,
allí vi, por última vez, a la mariposa
y estaba triste,
abandoné a mi madre, mi padre lloraría mi partida
pero tu manto de reina, de diosa me cubre ahora.

No era mi tiempo, pero siento que cumplí la misión
así me lo han hecho saber
ahora no lamentes mi partida
invoca mi presencia
siente en la brisa las caricias que mis manos han guardado para ti.

No pierdas la Fe, no la culpes, ella estaba siempre conmigo
es mi partida, te veo,
dibujo con mis manos que no te alcanzan, el suave rostro que siempre adoré
ahora sé que te pintaron distinto, pero eres tú
eres mi Madre, a quien siempre llamé.

Protege a los que dejé atrás,
no los culpes si te ofenden, si te olvidan
el dolor pasa, la amarga experiencia de aquella tarde
quedará en el olvido
Yo estaré siempre.

Y así fue, los pájaros volaron altos, raudos y desesperados
sólo se escuchó un grito,
mi oración, que siempre me acompañó sirvió de escudo
aquel medio sembró mi partida.

Aquella tarde se puso Negra.

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África

Suena en el silencio,
más a menudo se siente,
son aquellas palabras que han dejado los seres,
y trascienden entre los chasquidos del fuego.

Siente... es la voz del agua que acaricia el alma,
Escucha el silbato del viento,
ÁFRICA!!! resuena entre mis ancestros.

Los Muertos no están muertos,
aún cuando la maleza suspira
y las hojas sollozan,
ÁFRICA!!! son mis ancestros,
y es la sombra que se alumbra,
la pasión que se espesa.

Miro en la arena, en la palma y en la montaña
voy entendiendo, que los muertos no están bajo la tierra
están dentro de ti,
de la raíz del árbol que da vida,
del trueno que ensordece
del rayo que ciega,
de la luz que oprime
en las multitudes,
en el silencio.

Esta es la voz del viento,
el soplo del ÁFRICA mía,
de mis ancestros muertos
que siguen en pie,
aún no desvanecidos
mi vida es ÁFRICA y no se han ido.

No están Muertos!
Están en la mirada del cazador furtivo
del cascabel que llama,
del verde del bosque
dentro de ti,
dentro de mi,
Son mis ancestros!

África es mi vida,
y en la madera que gime,
en las letras que esbozo,
en la hierba que llora,
en la piedra que golpea, siempre estarás tu.