AQUELLA TARDE,
lo vi enmudecido,
blasfemando y vomitando infectos líquidos,
descalzo y harapiento,
moribundo por las úlceras de su piel,
estaba allí, con el corazón a carne viva,
estrellado y atosigado por las luces,
el infinito estridente de la trompeta y el silbato,
a la imagen y semejanza, pero de toscos moldes,
con grilletes perseguía su libertad,
mutilados sus dedos, incapaz de sanar,
Dios le había olvidado,
y un público hambriento de impurezas
babeando sus infantiles esperanzas
allí estaba lo elementalmente necesario,
para alguien que había perdido la FE
el espejo y YO.
lo vi enmudecido,
blasfemando y vomitando infectos líquidos,
descalzo y harapiento,
moribundo por las úlceras de su piel,
estaba allí, con el corazón a carne viva,
estrellado y atosigado por las luces,
el infinito estridente de la trompeta y el silbato,
a la imagen y semejanza, pero de toscos moldes,
con grilletes perseguía su libertad,
mutilados sus dedos, incapaz de sanar,
Dios le había olvidado,
y un público hambriento de impurezas
babeando sus infantiles esperanzas
allí estaba lo elementalmente necesario,
para alguien que había perdido la FE
el espejo y YO.
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