Esquéletor y el Santo Malandro: II.

"Bajo la luz de la luna
 Danzan los esqueletos en nuestro olvido
Brillando en la penumbra"

-Oye chico, que cosa más grande caballero.- Dijo el Esqueleto, mientras recogìa a su paso las partes del muerto viviente. 
 
Pensaba que en cualquier momento a tu suelo iba a volver. ¡Ay mi Cachita, no pude volver!. Mi Malecón, Mi Mar, mi Morro... Mi Cuquita. No hay nada en este mundo que se compare a tu brisa, ese mar inmenso de azul tempestuoso que se desvanece entre en el cielo y la tierra. Tengo nostalgia de azul y verde, nostalgia de Palmera.

Cuquita Caramelo, era una mulata que bailaba de vez en cuando en "El Parisien". La noche en que sus miradas se encontraron, habìa una fiesta en el Vista Alegre, Barbarito Diez, cantaba "Las Perlas de Tu Boca". Brindaron con Daiquirí, rieron y fumaron más de tres cigarrillos. La mujer negó el beso que el inefable Don Juan intentó robarle en más de una ocasión. Con palabras trilladas, le susurró el dolor de su agobiante soledad, pero la morena permaneció incólume y pícara, provocando la virilidad del hombre. 

!Ay Cachita!, a mí me tocaron la campana tempranamente.- Se lamentó el Esqueleto. 

"(...) Ellos descubrieron que el amor no ve color
 Y mi amor daltónico tampoco ve color " 

El muerto viviente yacía sobre el suelo frío del cementerio. Este como que quedó en la página dos. El Esqueleto se agachó y movió el cadáver. Óyeme chico, tu si que eres flojo, no te acabas ni de parar y otra vez te has tumbado al suelo. ¡Ay mi Cachita!, ¿Y ahora qué hago yo con este tipo?. Ni que fuera tan rico olerte, refunfuñó

Esa noche yo ya tenía mi caballito ensillao, pero que mujer màs difícil. Recuerdo que bailamos como tres canciones. Cuando se acabó el danzón, nos fuimos por unos mojitos a la Bodeguita del Medio. Tan bonito yo, con mis zapaticos de charol y mi traje blanco, mi corbata roja y mi sombrero, ¡Ay mi sombrero!, quién sabe donde habrán ido a parar mis ropas. Ella tan voluminosa, tan llena de carne, tan espesa en sentimientos. Con esos labios rojos y ese aliento a nicotina que me emborrachaba. Cómo sabía jugar con mis pasiones, la condená cuando se despidió, me mordió la oreja. ¡Ay Cachita, que amor sagrado!, ¡Qué cosas me hizo sentir Cuquita, con sólo una noche!, y ella tan coqueta, no me soltó la lengua ni porque le besé los pies. Tenía yo que venir y ponerme a cantar el manisero. 

¡Ay Cuquita!, tu estabas como la caña de Mayo, lista para meterle el Machete.    
Perro come mierda. Lo que falta es que aparezcas por aquí, queriendo comerme las patas. 

.-¿De qué perro hablas?.- Increpó el Cadáver. 
.-Óyeme chico, a ti como que te zumba el mango.- ¿A dónde estabas tu pues?. 
.- Fumando Bazuco. 
 .-Cosa Más Grande Caballero.- Si yo no he visto que te muevas de aquí. Lo que falta es que despues de muerto te pongas loco, a no ser que ya venías así desde "el más acá". 
.-Si tu me explicas como es que un saco de huesos puede estar hablando y corriendo por ahí, tal vez yo tenga la respuesta a tus preguntas. 
.- ¡Que envolvencia Cachita!. Comencemos por el principio, ¿Quién eres Tú?
.- Luis Enrique Cerrada Molina, me dicen "Robin ju" o "Machera".
.-!Ay Cachita, a este como que le gusta  Tirar Faroles. Yo soy, "Esquéletor". Vivo aquí no se hace cuanto tiempo, ya que los esqueletos no tenemos noción del tiempo. Ni sé porque me muevo o porque hablo y tengo conciencia
.-Tu sí que estas loco. 
.-Come mierda, te haces llamar "Robin Ju" y me dices loco. 
.-  Tú cómo que no sabes quien soy yo.
.-Ahora me vas a venir a decir que el "Robin Ju" se llevó la cerca. ¿Por qué tenía que conocerte pues? 
.-Tea 21 años, cuando morí y era el delincuente más buscado de mi época.       
 .- ¡Ay Cachita!, ahora sí que me pones en tres y dos.
  
"Los esqueletos no sacan la lengua
No hacen trampas ni ofensas
No hacen burlas ni muecas grotescas"

Antes de proseguir con la historia de sus vidas, el muerto viviente se tomó un tiempo para juntar los pedazos de carne que había perdido. Cuando terminarón de componerse, un ruido entre los Matorrales alertó al Esqueleto. 

¡Perro come mierda!.- Gritó.- Apaga la Vela y Vámonos. Le dijo al "Robin Jú". 

Es un chau chau.- replicó el Muerto Viviente. 

.- Óyeme chico, saca la cuenta, que tu eres un poco de carne viviente y yo un saco de huesos, todo un manjar para el perrito este. Hazme caso que llevo años de bufete y notaría. Diciendo esto último se ocultaron detrás de una capilla. 
  
¡Perro come mierda!.- refunfuñó el Esqueleto. ¡Perro come mierda!. Siempre lo hace, viene a cagarse encima de mi tumbita. ¡Ay Cachita, qué dolor tan grande!. 

.-Me tocaron los huesitos llorones.- se burló el cadáver. 

.-¡Como no es tu tumba!.- gimoteó el esqueleto.- cualquiera cree que te gusta bailar con la más fea. Mejor cuéntame el de la chinita. 

.-¿Qué Chinita?

.-La pálida que tienes desnudita, la de la bembá colorá

El Cádaver rió de manera estrepitosa, tan exageradamente que botó un par de muelas en el suelo. 

CONTINUARÁ...

África

Suena en el silencio,
más a menudo se siente,
son aquellas palabras que han dejado los seres,
y trascienden entre los chasquidos del fuego.

Siente... es la voz del agua que acaricia el alma,
Escucha el silbato del viento,
ÁFRICA!!! resuena entre mis ancestros.

Los Muertos no están muertos,
aún cuando la maleza suspira
y las hojas sollozan,
ÁFRICA!!! son mis ancestros,
y es la sombra que se alumbra,
la pasión que se espesa.

Miro en la arena, en la palma y en la montaña
voy entendiendo, que los muertos no están bajo la tierra
están dentro de ti,
de la raíz del árbol que da vida,
del trueno que ensordece
del rayo que ciega,
de la luz que oprime
en las multitudes,
en el silencio.

Esta es la voz del viento,
el soplo del ÁFRICA mía,
de mis ancestros muertos
que siguen en pie,
aún no desvanecidos
mi vida es ÁFRICA y no se han ido.

No están Muertos!
Están en la mirada del cazador furtivo
del cascabel que llama,
del verde del bosque
dentro de ti,
dentro de mi,
Son mis ancestros!

África es mi vida,
y en la madera que gime,
en las letras que esbozo,
en la hierba que llora,
en la piedra que golpea, siempre estarás tu.